" METEOROLOGÍA : LA NEVADA DE 1888 EN NUEVA YORK "

Hola a todos.
Estos días del mes de abril se están mostrando más invernales que propios de la primavera iniciada ya hace un par de semanas. Hoy mismo desde la ventana puedo ver la nieve que se mantiene a partir de los 1.800 metros en las montañas del Pirineo. Hace frio y es posible que en las próximas horas nieve en alturas superiores a 1.200 metros en las sierras pre-pirenaicas.

Estaba mirando varios libros de meteorología-buscaba información sobre tormentas- cuando releía algunos apartados del libro precisamente titulado “ Las Tormentas “ de Jon Erickson publicado por Mc Graw-Hill hace ya unos 20 años. A pesar de su título, el libro trata muy interesantes temas relacionados con la meteorología y con eventos meteorológicos que en su día fueron considerados como históricos. En muchos casos ello es cierto, y valga como muestra el apartado “ La ventisca de 1888 “ referido a la nevada caída en el noreste de los Estados Unidos y especialmente en la ciudad de Nueva York. Dado lo preciso de su descripción, recomiendo la lectura la lectura del libro y paso a reproducir el capítulo textualmente.

“ La tormenta más grande de nieve de la que haya hablado azotó el noreste de los Estados Unidos, cubriendo un área que iba desde Maine hasta Maryland y desde Búfalo hasta Pittsburg. La nieve alcanzó una altura de 1,2 metros o más, y ventisqueros de 9 a 12 metros enterraron literalmente a cientos de ciudades y pueblos. La tormenta afectó a la cuarta parte de la población del país e incomunicó a una docena sus ciudades más importantes. La nevada se inició justamente después de la medianoche del lunes 12 de marzo de 1888, después de un agradable y primaveral fin de semana, y continuó durante el día con temperaturas de – 14 ºC y vientos de 80 kilómetros por hora.

En la ciudad de Nueva York las pardas casas de piedra quedaron prácticamente sepultadas bajo ventisqueros de 4,6 a 6 metros. Las personas que trataban de acudir al trabajo en la mañana del lunes se encontraron con que salían volando por el viento y se vieron obligados a gatear sobre sus manos y rodillas a través de la nieve cegadora. Se paralizó todo el tráfico ya que la nieve continuó amontonada en las calles y centenares de personas quedaron desamparadas. Hoteles, casas privadas, edificios públicos y bares pronto se atestaron de personas que buscaban donde guarecerse. Los cables aéreos de telégrafos, teléfonos y eléctricos , tendidos en una fea telaraña, se partieron por el peso de la nieve y derribaron los postes. A la caída de la noche la oscurecida ciudad parecía un extraño y abandonado paisaje polar, totalmente aislada del mundo exterior.

Al principio de la mañana del martes, la nevada disminuyó a una ligera ventisca y muchos neoyorquinos que iban a trabajar se encontraron en muchas calles con la nieva amontonada hasta el segundo piso. Algunos trataron de escalar los ventisqueros, mientras que otros se abrieron camino haciendo túneles a través de ellos. Se contrató a miles de personas para quitar con palas los más de 550.000 metros cúbicos de nieve en que se estimaba la cantidad de nieve que cubría las calles, pero el viernes todavía no se veía el final.

Hubo escasez de comida, especialmente en las zonas de barrios populosos, porque los mayoristas no podían hacer sus entregas regulares a las pequeñas tiendas de alimentación de los barrios. La comida que se podía conseguir alcanzó precios exorbitantes . Muchos pobres estuvieron sin alimentos o carbón para calentar sus casuchas y tuvieron que buscar refugio en las comisarías próximas.

Murieron unas 400 personas, 200 sólo en la ciudad de Nueva York, y miles más sufrieron de todo, desde agotamiento hasta amputación de miembros congelados. Se hundieron, encallaron o naufragaron unos 200 barcos y al menos 100 marineros perdieron la vida “

Hasta aquí la crónica de un episodio de tiempo extremadamente adverso en unas fechas ya muy lejanas pero que causaron un colapso total en una de las metrópolis más importantes del mundo.
Mientras aquí seguimos a la espera de la llegada de una importante perturbación que se está profundizando por momentos en la zona Este de España y mar Mediterráneo que sin duda aportará notables precipitaciones de agua y nieveen las próximas 24/36 horas.

De momento nada más , saludos.

Mariscal Tro