Tuesday, January 01, 2013

"METEOROLOGÍA: 2013 DE ENTRADA REFRANES".



Hola a todos en este nuevo 2013. Que nos dé alegría.

nombres-para-bebes-2013-2.jpg

Publico una lista de refranes para el mes de enero  cuyo autor es Luís Martínez Kleiser .
Los refranes todos meteorológicos aparecen el la Revista RAM de Meteored http://www.meteored.com gracias a ellos por permitirme su publicación.








ENERO
Enero, el friolero, entra soplándose los dedos.
Cumple con su deber; es el papel que le fue repartido en la tragicomedia de las temperaturas, por el Divino Autor.
Enero es el mes primero; si viene frío, es buen caballero.
y nadie Podrá negar que caracteriza con perfección el personaje.
Enero, claro y heladero,
Enero, frío y seco,
no descuida jamás su respetable apariencia, y peina canas de nieve, barbas de hielo y sayales plomizos de nubes, sin dejar por eso de suavizar la serenidad de su apostura, con alguna sonrisa de sol.
El mes de enero es como el buen caballero;
venerable al principio y venerable al fin, mantiene siempre su patriarcal empaque. Así sucede que,
En enero, se hiela la vieja en el leño.
En enero, se hiela el agua en el puchero
En el enero, el agua se hiela en el puchero y la vieja en el lecho.
Enero, cuando se hiela la vieja en el lecho y el agua en el puchero.
El rigor de la temperatura, que hace decir:
Por San Antón, hace un frío de todos los demonios,
agudiza el hambre en los animales feroces y estimula su acometividad, hasta el punto de presentarse
En el mes de enero, lobos siete a siete en el carrero.
Luce sus mejores marcas, según el refranero, en destacadas fechas del Santoral:
Por San Vicente, helada o corriente.
De los Santos frioleros, San Sebastián el primero; detente varón,
que el primero es San Antón.
Este último, sobre todo, tiene fama imperecedera de cruel.
Por San Antón, cada uno en su rincón.
San Antón, viejo y tristón, mete a los viejos en un rincón.
Pero no le van en zaga los otros santos que celebran en el mes inaugural del año sus festividades; y por eso, son indispensables las precauciones contra el frío en los restantes días:
Enero, frío o templado, pásalo arropado.
En enero, bufanda, capa y sombrero.
Por enero, vale más una capa que un sombrero.
Además del abrigo, hay que buscar el amparo el calor natural o artificial:
En enero, de día al sol y de tarde al brasero.
En enero, un rato al sol y otro al humero.
Enero, mes de zamarra, buena lumbre amarra.
Enero, leña vieja, rancio vino, fresco tocino y nueva pelleja;
y es indispensable huir en
Enero, buen mes para el carbonero,
de toda ocasión o lugar donde nos aceche una pulmonía.
En enero, poco en el sendero: un día y no cada día;
Y cuando sea indispensable afrontar los rigores del ambiente que hicieron llamar justicia de enero a la carente de calor humano, conviene dar cumplimiento a la exhortación meticulosa:
En mañanas de enero, no se dan los buenos días ni se quitan los sombreros.
No nos dejemos engañar por las fugaces caricias del sol, porque
Sol de enero, siempre anda detrás del otero;
ni por las valentías de la Naturaleza que nos refieren cómo,
Tiritando, en el mes de enero, tiritando nació el cordero;
ni por esos falsos heraldos de la primavera que sólo son, en realidad, afirmaciones de invierno sobre la faz del campo:
Por enero, florece el romero.
A la postre, y por mucho que suavicen su temperatura los arroyos, según el aserto:
Por San Vicente, toda agua es caliente,
siempre podremos observar que,
En enero, le sudan las narices al perro,
y siempre deberemos alegramos de que así sea ya que
Enero caliente, el diablo trae en el vientre.
Suficientemente apercibidos para la lucha contra el frío, nos sentimos cobardía. Después de todo
Enero es caballero, si no es ventolero;
su duración no pasa de treinta y un días que se dejan atrás en un santiamén; y una vez pasados, aunque,
En enero, no hay carro malo ni buey bueno,
y esto sea favor y disfavor a la vez para los labradores, pensemos con alivio que
Quien pasa el mes de enero, pasa el año entero.
A cambio de las predichas crudezas, enero tiene de antaño contraído un compromiso con los hombres, y lo cumple con seriedad caballerosa. El de
ALARGAR LA DURACIÓN DE LOS DÍAS.- Ya se dijo antaño:
Ni creció el día ni menguó; hasta que el año no entró;
pero una vez iniciado,
En principio y fin de año, crece el día cada paso.
Al empezar el año, ya crece el día un paso de gallo,
hasta el punto de que
El año nuevo, en la jornada lo conoce el arriero,
pero no en el dinero.
A medida que avanza el mes, se hace más notoria la duración de la luz:
Por los Reyes, el día y el frío crecen.
Por los Reyes, conocen el día hasta los bueyes.
Para Reyes, lo notan los bueyes; y para San Sebastián, el gañán.
Por San Sebastián, conoce los días el gañán; y antes, por los Reyes, los bueyes,
jubiloso progreso del día, que sigue acentuándose y que, antes de la reforma del almanaque, hizo sostener:
Por San Antón, las cinco y con sol.
Las cinco dan ya con sol, el día de San Antón.
Por San Antón, las cinco y con sol, en Valencia, pero no en Aragón.
Por San Antón, cunde el día una palita de pichón.
Por San Antón de enero, camina una hora más el trajinero,
aún cuando también se diga:
San Antón, viejo y tristón, convida a las muchachas a la oración.
Mediado enero, mete obrero.
San Sebastián, mocito y galán, saca las niñas a pasear.
San Sebastián, mozo y militar, las saca a pasear.
Por San Sebastián, ya lo ve el recuero en el andar.
Día de Santa Inés, mujeres no hiles.
Por San Vicente, hora corriente.
Por San Vicente, ya el sol baña los torrentes.
Por San Vicente, el sol entra por las torrenteras,
de cuyos dogmas resulta que,
En el mes de enero, el sol entra en cada reguero.
Mes de enero, día llenero.
Enero tiene una hora por entero;
quien la verdad quiera contar, hora y media le ha de echar.
A este consuelo hay que añadir aquel tan risueño de ver cómo
SE INTENSIFICA LA POSTURA DE LAS AVES DE CORRAL:
Por San Antón, toda ave pon.
Por San Antón, pone hasta el capón.
Por San Antón, huevos a montón.
Por San Antón, cada ánsara pon; la que come que la que non, non.
Ya al mediar enero, todas las gallinas ponen huevos.
En enero, cásate compañero, y da vuelta al gallinero.
y el deleitoso y sano de LA CAZA, fuente de vigor y de calor1as. Hasta los refranes parecen alegrarse con la perspectiva de sus promesas:
En llegando enero, pájaros al colgadero.
A veinte de enero, pájaros al colgadero.
En llegando San Antón, a la espalda el perdigón.
Por San Antón, cuelga tu perdigón al sol.
Por San Antón, cuelga tu perdigón;
y si no quiere cantar, vuélvelo a colgar.
Por San Antón, cuelga tu perdigón;
y si no quiere cantar, cuélgalo por San Sebastián.
Por San Antón, pon le la sayuela al perdigón.
Por San Antón, échale trigo al perdigón,
que si tiene vergüenza, él cantará;
haciendo además, en cuanto a la caza no volátil, invitaciones tentadoras:
Por enero, busca la liebre en los chapuceros.
Por enero, busca la liebre en los cargueros.
La liebre en enero, en el tollero,
y señalando dificultades y previsiones;
En enero, no hay galgo lebrero, sino cañamero,
o sea la red de cáñamo;
En enero, no hay galgo lebrero ni buey carretero.
En enero, ni galgo lebrero ni azor perdiguero,
por cuya razón,
Al galgo más lebrero, se le va la liebre en enero,
y en cuya virtud se aconsejar:
Si compras perro lebrero, pruébalo
en enero; y si la pieza no te trae a la mano,
que lo mantenga su amo.
Por último, LAS FIESTAS también ayudan a olvidar las heladas y las nieves invernales. Empieza el afta con el regusto de las vacaciones navideñas, que todos desean prolongar;
Hasta San Antón, pascuas son,
aseguran los que no quisieran ver nunca llegado su fin. Y aun cuando, los más rendidos a las exigencias del trabajo, disponen:
Después de la Epifanía, todo ruin fuera de la villa,
O todo perezoso a continuar la interrumpida faena campestre, luego inventan éstos nuevos motivos de bureo, anticipando fiestas todavía lejanas, según el pensamiento que reza:
Desde San Antón, mascaritas Ion.
Por San Antón, carnestolendas son,
O soñando como festivos días que no son de guardar, al amparo de alguna solemnidad onomástica:
En la corvilla de enero, San Antón es el primero.
Corvilla de enero, San Sebastián primero.
Corvilla de enero, San Sebastián primero;
calla, tente varón, que primera es San Antón.
A veinte de enero, San Sebastián primero;
detente, varón, que primero es San Antón.
A veinte de enero, San Sebastián primero;
detente, bruto, que primero es San Canuto.
y así tratan de procurarse asuetos que llegan a imaginar presididos por raros fenómenos celestes, como el que anuncia:
El día de la Epifanía, se ven las estrellas a mediodía.
Para honrar los días santos; para luchar contra el azote de las heladas; para procurar defensas al organismo, la Naturaleza ofrece y el hombre busca substanciosos y sanos
ALIMENTOS, tanto más necesarios cuanto que
Enero tiene el diente luengo.
Enero tiene el diente largo,
y pide, para satisfacer sus necesidades:
En enero, más que nunca buen puchero.
A fe que lo encuentra digno del mejor gastrónomo. Las aves son mas gustosas que en los sucesivos meses.
Si el villano supiera el sabor de la gallina en enero,
no dejaría ninguna en el pollero.
En enero, echa gallina en el puchero;
y si puedes, echa gallina los otros meses.
Los pescados se ofrecen más exquisitos:
Salmón de enero, al rey el primero.
Salmón de enero, al emperador primero,
y después, contando de grado en grado.
Ese otro pez jugoso que hizo decir:
De enero a enero, besugo quiero,
sabe muy bien al empezar el año:
Por enero, el besugo es caballero.
Besugo de enero, vale un carnero;
y de la misma excelencia gozan otros convites marinos:
Boga de enero, vale como carnero.
Pescada de enero, vale carnero.
Los animales terrestres, siempre tan apetecidos, que por algo se pide:
De enero a enero, carnero y vaca lo más del tiempo.
De enero a enero, buenas tazas de caldo en el puchero,
destacan también su importancia en el mes de los Reyes:
El buey y el varón, en enero hacen riñón.
Gato del mes de enero, vale un carnero.
San Antón da cueros al lechón.
San Antón, da cueros al lechón, que éstos ya comidos son,
aún cuando se advierte por el contrario;
En enero, ni leche ni cordero.
Las hortalizas, legumbres y vegetales comestibles, completan el suculento bodegón del mes:
Berzas en enero, saben como cordero.
En enero, la berza es carnero.
Por enero, berros come el caballero.
En enero, vale más la cabeza de un palmito que la de un cordero.
En cambio:
Pedir pepinos en enero es de hombres de poco seso.
Mi hijo cagaduelo, pide pepinos en enero.
En enero, pedir pepinos es desatino.
En enero, los rábanos huecos
En enero, déjale el rábano al rabanero.
Por San Antón, pierde el gusto el melón.
Lástima que la exquisitez de otros alimentos:
Por año nuevo, trigo y vino y tocino nuevo ya es viejo,
no venga escoltada por el signo de la abundancia:
Por San Antonio de enero, la mitad del pajar y la mitad del granero,
ya van consumidos:
En enero pierde ajos el ajero
Cada día que pasa de enero,
pierde un ajo el ajero;
en la ristra que no en el suelo;
y si se quiere honrar en meses sucesivos alguna fiesta, como pide por ejemplo el refrán:
San Julián de buena estrena, buena comida y mejor cena,
será necesario ahorrar los tesoros del granero y de la bodega:
San Julián, guarda vino y guarda pan,
sin olvidar la previsión del racionamiento, cuando sea necesario:
En enero, mira tu cillero; y si tal lo hallares,
come como de antes; y si no,
alarga la puchera y estrecha la cibera,
con lo cual, y con prescindir en lo posible de las manufacturas industriales:
De enero a enero, pan casero y lienza casero,
nos hallaremos en camino de ser materialmente felices. En este mes nacen
Los POLLOS brindando promesas para meses futuros:
El pollo de enero, por San Juan va al comedero.
El pollo de enero, para julio es tomatero.
Pollo de enero, hincha el tajadero.
Pero tienen que luchar, desde que sueltan el cascarón, con tales asperezas de temperatura que se malogran en su mayor parte. Por eso se advierte a los optimistas:
El pollo de enero, la pluma vale dinero.
Los pollos de enero, pocos van al gallinero;
y los que van al gallinero,
cada pluma cuesta un dinero.
Los pollos de enero, pocos suben al gallinero;
pero el que sube es como un carnero
y, por eso,
El pollo de enero, con su madre sube al pollero,
en busca de abrigo, conducta que hace decir:
Mira por el mes de enero que pollo tengo en el gallinero.
Por esta época inicial del año, andan en CELO los animales:
Por San Antonio, la perdiz busca matrimonio.
En enero, busca la perdiz su compañero.
Por San Antón, busca la perdiz al perdigón.
Por San Antón, cada perdiz con su perdigón.
Por San Antón, pares son.
En enero, cada oveja con su cordero.
La experiencia enseñó esta verdad e inspiró la comparación tan en uso:
Andar con celo, como los gastos en enero.
Acaso dirán los animales como los hombres:
Manos frías, corazón caliente.
Síguenos en Twitter https://twitter.com/#!/RAM_meteo @RAM_meteo

Y así lo esperamos.

Saludos cordiales


Mariscal Tro


0 Comments:

Post a Comment

<< Home